
La franquicia es una cantidad de dinero (fija o porcentual) que asume el asegurado en caso de siniestro. Suele comercializarse en seguros empresariales, industriales, agrarios, transportes, hogar, negocios, salud, baja laboral…pero el más conocido es en el seguro del coche. O más concretamente, en la cobertura de daños propios de seguros de coche, lo que todos conocemos como un seguro a Todo Riesgo con franquicia.
Esta modalidad -cada vez más comercializada- permite abaratar los costes tanto del cliente como de la compañía aseguradora, razón por la cual ha ido creciendo considerablemente en los últimos años el número de sus emisiones.
Cuanto mayor sea la franquicia que se contrate, menor será el precio del seguro, puesto que la Compañía verá reducido el desembolso a pagar por siniestro.
¿CÓMO FUNCIONA LA FRANQUICIA DEL SEGURO DE COCHE?
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Para explicar el Todo Riesgo con franquicia lo mejor es ilustrarlo con un caso práctico:
Un conductor se acerca a un semáforo algo despistado y se ve sorprendido de repente por la proximidad del vehículo que justo delante ya se encuentra parado. Por muy rápido que pisa el freno ya es tarde, colisionando en la parte trasera del coche que le antecede. Los daños traseros de este vehículo lógicamente son reparados por la aseguradora del infractor en su totalidad, pero…
¿qué ocurre con los delanteros del causante que tiene contratada una póliza a todo riesgo con franquicia 300€?
Los daños del paragolpes, del capó y del motor ascienden a 5.300€, por lo que el asegurado asume de su bolsillo 300€ de la franquicia y la aseguradora 5.000€.
En este siniestro aunque se hayan dañado distintas zonas del vehículo culpable (parachoques y capó), el motor y además se necesite una capa de pintura, y aún cuando las reparaciones sean realizadas por profesionales diferentes sólo corresponde pagar una franquicia porque los daños se produjeron en un mismo accidente.
Caso opuesto es cuando nos llega un cliente solicitando reparar diferentes daños que ha ido sufriendo el vehículo a lo largo del año:
Un arañazo que le hizo en la esquina derecha cuando maniobraba en un parking, una abolladura en la puerta izquierda que se encontró al salir del trabajo, y una pequeña abolladura en la parte trasera seguramente propiciada en su ausencia por la colisión de una bola de enganche de un Todo Terreno cuando salía del aparcamiento. En este caso estaríamos hablando de siniestros diferentes, acaecidos en momentos distintos, por lo que habría que aplicar la franquicia en cada uno de los daños, en este caso tres, que sumarían 900€.
Con estos ejemplos, podemos concluir que un todo riesgo con franquicia es ideal sólo para daños de envergadura y no para reparaciones de pequeños importes.
SEGUROS A TODO RIESGO CON Y SIN FRANQUICIA
El seguro a Todo Riesgo sin franquicia es aquel en el que la Aseguradora asume el coste total del daño del vehículo cuando el cliente es el responsable o simplemente cuando no se sabe quién lo ha ocasionado. Dentro de la gama de seguros se encuentra en el más alto del escalafón, -diríamos que es la tranquilidad absoluta para el dueño de un vehículo- pero lógicamente también es el que más caro cuesta. Con la franquicia nos aseguramos tenerlo todo igualmente cubierto pero a un precio más económico. No obstante desde La Montera Seguros sólo aconsejamos incluir la franquicia a perfiles de clientes con las siguientes características:
- Conductor prudente y responsable que nunca ha dado un parte de
accidente - Personas que no utilizan el coche a menudo.
- Clientes que no les molesta el arañazo o la pequeña abolladura, sino daños realmente importantes.
- Asegurados que han financiado el vehículo y les supondría un esfuerzo económico añadido a la cuota mensual tener que hacer frente a la reparación de daños en caso de accidente con culpabilidad.
Por último destacar que en nuestros seguros la franquicia sólo es aplicada a los daños propios del vehículo, quedando el robo, el incendio y la rotura de los cristales exenta de la misma, o sea que en estos casos el asegurado no tendría que abonar nada, asumiría la Compañía la totalidad de la indemnización.
Y es que, en definitiva, tanto en este tema que nos ocupa de la franquicia como en tantos otros, en el sector asegurador son muchas las cláusulas, condiciones o lo que conocemos como “letra pequeña”, que hace básico y primordial un buen asesoramiento profesional antes de decantarse por el seguro más conveniente.
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