
Hace ya 30 años que se implantó en España la Declaración amistosa de Accidentes, y con ello las reclamaciones de daños entre vehículos accidentados comenzaron a tomar una mayor agilidad y rapidez. Es curioso que es un documento que la mayoría de conductores llevamos en la guantera de nuestro coche pero realmente a la hora de la verdad no sabemos como cumplimentarlo.
DECLARACIÓN AMISTOSA DE ACCIDENTES
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El parte amistoso de accidente -como coloquialmente se le denomina- es un trámite que ahorra costes a las compañías y tiempo de resolución a los asegurados, que en un plazo de entre 3 y 7 días puede tener resuelta la reclamación de los daños de su vehículo que en otras circunstancias se alargaría a más de un mes.
¿QUÉ IMPLICA RELLENAR EL PARTE AMISTOSO DE ACCIDENTE?
Teóricamente las partes implicadas en un accidente no tienen que entrar a dirimir la culpabilidad del mismo, simplemente deben de plasmar fielmente en el documento la descripción de los hechos. En base a ellos serán las aseguradoras quienes valorarán las responsabilidades.
Por ello no cabe lugar a la discusión, a veces como conductores erramos en la culpabilidad de una maniobra sobre otra, creyendo que nuestra acción era preferencial sobre la del contrario y tras aplicar el código de circulación nos llevamos una sorpresa.
La claridad por tanto en la escritura del parte de accidente es importante.
DESCRIPCIÓN DEL PARTE AMISTOSO
En la zona de arriba se detallan la fecha del accidente, la hora y el lugar, así como datos de testigos si los hubiera. Los conductores detallan sus datos en la columna de la izquierda y derecha de manera independiente. Datos personales del conductor, del vehículo y de la aseguradora así como la descripción de los daños componen estas columnas verticales.
Entre ambas, una columna central, llamada Circunstancias. En ella aparecen 17 situaciones que reflejan prácticamente el 80% de las circunstancias de un accidente. Sin duda la selección de la correspondiente de cada vehículo será clave para determinar la parte culpable y perjudicada del siniestro.
Si no fueran suficientes, hay un apartado de observaciones y otro central donde incluso se puede dibujar un croquis que pueda clarificar el desarrollo que provocó la colisión. También hoy en día, se pueden tomar fotos con el móvil cuya aportación ayudaría a determinar la resolución.
En algunos casos hay que recurrir a un convenio existente entre las compañías (convenio SICOS), que determina situaciones complejas a priori y que gracias a este manual quedan resueltas, como por ejemplo, cuando hay un giro y un adelantamiento en una rotonda o en un cambio de sentido, el culpable es quien adelanta. O en el caso de la apertura de una puerta, es culpable quien realiza esta acción.
CLAVES PARA NO VERSE ENGAÑADO
Después de tantos años, nos hemos encontrado con situaciones de todo tipo, pero quizás la más lastimosa es cuando la confianza de una persona a la hora de rellenar un parte ha sido aprovechada sin escrúpulos por la picaresca de la parte contraria.
Seguramente cuando lea este texto, caerá en la cuenta que a día de hoy todavía no habrá tenido que hacer uso del parte o a lo sumo sólo ha tenido que rellenarlo una sola vez con una pequeña colisión que no presentaba mayor dificultad. Pero si usted es un profesional de la carretera, o sea chófer de autobús, camión o taxi, estoy convencido que no sólo más de uno habrá rellenado, sino que se conoce perfectamente la mecánica y el desarrollo de este trámite.
Por ello, una de las primeras acciones que se han de tomar es no posponer la cumplimentación del parte para el día siguiente ni para más tarde. Lo suyo es rellenarlo en el acto, y si no se puede por los nervios del momento llamar a la Policía Municipal para que medie.
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Hago hincapié en este detalle, porque son muchos casos los que he visto en los que la parte perjudicada ha aceptado de la parte causante dejar para el día siguiente la realización del parte. En ese momento, el conductor culpable aun bajo los efectos de la gravedad de su maniobra y consciente por tanto del gran daño que podría haber causado, hace ver que no habrá problemas en su reconocimiento, que se ha equivocado pidiendo mil disculpas y demostrando un arrepentimiento en ese momento inequívoco para la otra parte.
Pasa una noche, y todo se enfría, no hay que lamentar lesiones ni males mayores, recuerda que no acudió la Policía porque rápidamente desbloquearon la vía. Cae en la cuenta de que no había testigos y empieza a rondar por la cabeza que si acepta la culpabilidad de los hechos posiblemente se vea afectada la bonificación de la póliza de seguros y con ello le suba el importe de renovación.
No acude a la cita aludiendo que ya ha dado la versión a su compañía (que difiere con la real) o acude con la lección aprendida a la hora de rellenar el parte y señalando circunstancias que no se ajustan a la colisión del día anterior.
Una vez firmado el parte no es imposible demostrar que todo es erróneo y que aparte de víctima del accidente también ha sido víctima del engaño, pero todo ello conlleva perdida de tiempo y molestias.
En definitiva, estas situaciones nada infrecuentes se evitan firmando en el lugar de los hechos, y si se tiene dudas recurriendo a la Policía Municipal o a su agente de seguros para que confirme la correcta elaboración del parte.
Por último, recordar que sólo se rellena un parte, y se queda cada uno con una copia (que se entregan a las respectivas compañías).
En la parte trasera del mismo se encuentra la opción de un vehículo C y un vehículo D, para el caso de que intervenga más de dos vehículos e incluso otro apartado por si hubiera daños a animales o cosas.
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